Si salgo me Emborracho

Admiro a mi amiga Susana. Esa capacidad que tiene para salir y no beber. Que lo mismo se agarra un pedo monumental, que no bebe ni una gota. Y la tía dando el callo hasta que se hace de día de una forma o de otra.

Yo también he salido y no he bebido muchas veces: cuando estaba tomando alguna medicación fuerte… cuando tenía que conducir… (y más veces pero ahora no caigo). El caso, para los que dicen (como mi amiga Susana) que se lo pasan igual de bien bebiendo que sin beber: yo si salgo, me emborracho.

Porque yo no me lo paso igual de bien. Me río pero no de todas las tonterías que se dicen, bailo pero no a tope como si estuviera poseída y me divierto pero no como cuando estoy piripi. Simple: si salgo, me emborracho.

Photo by Hudson Marques on Pexels.com

Y no es algo que piense, que lo tenga premeditado. Simplemente pasa. Porque se empieza con una caña y cuando me quiero dar cuenta llevo encima 5 cubatas y un par de chupitos (¡Error! Chupitos caca). Para entonces ya es tarde para parar, el mal ya está hecho, una coca-cola a estas alturas suaviza la situación pero no elimina la embriaguez. La resaca es inevitable.

Pero oye… que si estoy por ahí es porque me divierto. Que si por algún motivo estoy incómoda, me aburro, no estoy a lo que hay que estar… entonces me cuesta bien poco irme para casa, sea la hora que sea. Eso de aguantar porque es pronto no va conmigo. Pero será porque tengo unos amigos estupendos y divertidísimos y yo tengo la suerte de siempre estar de humor y en buenas condiciones, porque estas circunstancias se dan muy pocas veces. Así que ahí estoy yo, que si salgo, me emborracho y que me quiten lo «bailao«.

1 comentario

Los comentarios están cerrados.

A %d blogueros les gusta esto: