Domingos de Borrachera

Que gusto, que placer… Emborracharse en domingo.

No sé tú, pero yo… si llego a la situación de agarrarme una buena melopea dominguera es por la coincidencia de varias circunstancias, todas ellas maravillosas:

  • Al día siguiente, lunes, no tengo que trabajar. Puede ser que tenga vacaciones o que sea festivo, pero una borrachera dominguera en condiciones no se ve frenada pensando en una odiosa resaca laboral.
  • He disfrutado de una buena comida. Porque todo suele empezar con un vermut para abrir el apetito a una suculenta comida, regada con vino y terminando con café, copa y…. Buen cubatazo.
  • La compañía debe ser de la buena la mejor. Familia, amigos y, a veces, desconocidos… Pero siempre buena gente con la que sentirte relajada y tener toda la confianza para beber una copa tras otra (aunque empiece a balbucear).
Photo by ELEVATE on Pexels.com

Y diréais… Bueno, esto también pasa con otras pasadas de alcohol que son otro día de la semana. Pues si, pero el hecho de que sea domingo aporta un matiz muy muy especial.

Y es que, en domingo estoy relajada… Sin peinar… Con ropa de deporte… Sin mirar reloj… Y todo lo que acontece en ese día es bastante improvisado y el terminar volviendo a casa a las tantas de pared a pared es totalmente inesperado.

Y eso le da el plus. El que haya sido sin planificación previa. Haberme dejado llevar totalmente por la conversación, las risas, la diversión… Sin ninguna otra pretensión más allá que crear buenos recuerdos.

¿Sabes? El próximo lunes no tengo que trabajar… Quién sabe…

A %d blogueros les gusta esto: