Qué bien, cuando estás en modo melancólico, es domingo por la tarde, sofá y manta, peli moñas y lluvia tras la ventana.
Pero qué rollo cuando te vas de fin de semana express a conocer una nueva ciudad, viajecito planificado desde hace más de en mes y… ¡¡Lloviendo todo el rato!!
Pero cuando la lluvia te fastidia el plan… Salvo que fueras a sacar a pasear al Gremlin, siempre se le puede buscar la vuelta y disfrutar de la lluvia. La lluvia mola.
- Qué habías quedado con un amigo que hacía mucho que no veías… Buscad un garito acogedor y no tengáis prisa por salir, no está nada agradable ahí fuera, os pondréis al día de todo y, también, acabareís borrachos, ciegos rasos, como en tiempos.
- Estás en mitad del paseo te pilla una tormenta de verano… Quítate los zapatos y que no te de miedo mojarte. Disfruta de la lluvia cayendo sobre ti, ¿Hace cuánto no te dejas empapar por el chaparrón? (Recuerda: es agua, no ácido sulfúrico).
- Si ibas a salir a correr por el parque… Mejor quédate en casa y haz otro tipo de ejercicio (en pareja mucho mejor).
- Qué estás con los niños fuera de casa… Se el primero en saltar en los charcos, ellos lo van a hacer igual y tú te convertirás en el adulto más enrollado del mundo.

Y después de la lluvia, llega la calma… Y sale el arcoiris, los pajaritos cantan, los caracoles se desperezan, se queda el aire limpio y fresco…
Deseado estoy que llegue un día de lluvia… Y si puede ser que coincida con la próxima quedada con mi ligue nuevo (jijiji).