Amanezco a tope de energía. He dormido muy bien, descansado mucho y, aunque es temprano, no dudo en salir de la cama para empezar el día que auguro va a ser de los buenos.
Después de ese paseo reparador, terminar con las obligaciones y dedicar un rato a mí misma… Ducha, camiseta favorita al cuerpo y… ¡A comerme el Mundo!
Porque hoy me siento bien, me veo estupenda y estoy contenta. Hoy me gusto MUCHO. Y se nota.
Hoy es uno de esos días en los que nada se te pone por delante. Estoy muy arriba y tengo ganas. Ganas de salir, de estar, de compartir… Y ganas de que lo hagan conmigo.
Sonrisa permanente, alegría contagiosa, optimismo extra… Y se nota ¡Vamos, que si se nota!
Porque no sólo lo veo yo, también los demás. Cada vez que me dicen lo bien que se me ve hoy, se ríen con mis gracias, escuchan mis ideas locas… Sé que es porque hoy estoy radiante, porque hoy me gusto MUCHO, y gusto a los demás.

Es cuestión de actitud. Así nada sale mal. Porque aunque el día transcurra normalmente, con mis amigos de siempre, en los lugares habituales, haciendo lo que ya es rutina… Me siento bien, me gusto mucho yo y la vida que llevo, y todo me aporta, me ilusiona, me gratifica…
Hoy que me gusto MUCHO… ¡¡Todo me encanta!! Disfruto a tope de mis amigos, de los momentos, de ese detalle, del instante… Los días como hoy son más largos, pasan más cosas y enseñan… Enseñan mucho.
Los días como hoy nos muestran la diferencia y la mejor versión de nosotros mismos. Porque cuando me gusto MUCHO no sólo estoy mejor, también soy Mejor.