No solo la intención cuenta

Que refrán tan feo y el daño que ha hecho: «la intención es lo que cuenta». Ñiñiñi ñiñiñi… Escusa barata e infantil.

Que haces un regalo que no gusta… «La intención es lo que cuenta» ¡Y una mierda! Deberías haberte estrujado un poco más el seso o haberte molestado en conocerme un poquito más. Si me haces un regalo es porque algo de cariño me tienes, ¿No? ¡Pues que se note! Unos calcetines de rombos no dicen eso.

Que la lías parda y te cargas la dichosa maquinita nueva... «la intención es lo que cuenta». Omitamos que no sabías usarla, nadie te pidió que lo hicieras, no era necesario, que te las diste de listo y… ¡A tomar viento! Pero no admitas tu error garrafal, ¿Claro? Como «la intención es lo que cuenta»…

Me has dejado plantada en el peor momento de mi vida, ni siquiera un mensaje, cuando se supone que eres mi amigo... Pero «la intención es lo que cuenta» porque pensar pensaste mucho en mí, pero claro no sabias como abordar el tema. ¡Vete a la mierda! La que no sabía como afrontar ese momento y el resto de su vida a partir de entonces era yo, solo necesitaba que me agarraras la mano.

¡Vete un poquitito a la Mierda!

Porque no, no solo la intención cuenta. La intención es fundamental, por supuesto, pero por si misma… Hace más bien poco.

Si tan buena intención tienes, piensa en el resultado final, por favor, mide un poco antes de hacer o de no hacer. Lo realmente importante es eso, los hechos, las ausencias, los actos… Y, por supuesto, las consecuencias de todo eso.

Pero, ¿Qué es lo que pasa? Pues que como buenos humanos que somos la cagamos una y otra vez, muchas más veces de las que quisiéramos. Pero no te excuses con el refranito, no lo digas, ¡No ehhhhh! Asume tu error, pide perdón, intenta solucionar el lío que has montado… Porque no, no solo la intención cuenta.

Somos humanos, nos equivocamos, pero también somos adultos, no te excuses con refranes rancios que suenan a excusas baratas. No solo la intención cuenta.

A %d blogueros les gusta esto: