Un Cumpleaños más sin poder darte un beso y un abrazo… Y los que quedan.
Pienso en todos esos Cumpleaños en los que estabas y yo pude haber estado, pude haberte dado ese beso y ese abrazo y no lo hice. Porque era yo la que no estaba, porque vivía mi vida, porque disfrutaba de otras cosas que, entonces, eran más importantes.
Ahora deseo tanto poder darte ese abrazo. Y todos los años, todos los días, lo seguiré deseando sabiendo que nunca más pasará… Y cuántos dejé de darte. Muchos.
Pero fuiste tú quien nos enseñó así. A disfrutar del momento, a vivir la vida como queramos vivirla, a saber que el amor y el cariño siempre están ahí, nos demos o no abrazos, tengamos o no tiempo.
Todos los abrazos que nos dimos no fueron suficientes. Pero sé que millones más tampoco lo hubieran sido. Porque lo que me pena no son los abrazos que no te di, sino los que nunca te podré dar.

Pero, como tú nos enseñaste, sigo viviendo mi vida. Sabiendo a cada paso cuando me hubieras dado un abrazo de orgullo, un abrazo de cariño, un abrazo de consuelo o, simplemente, un abrazo.
Hoy celebro tu cumpleaños recordando los abrazos que nos dimos, todo aquello que nos dijimos, esas miradas y sonrisas que me acompañaran siempre. Y seguirás cumpliendo años mientras yo siga mandándote millones de abrazos.
¡Feliz Cumpleaños!
¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS… siempre!!
Me gustaMe gusta