El Príncipe Azul

¡A tomar viento el Príncipe Azul! ¡Me cago en las Dulces Doncellas y las Princesas que necesitan ser salvadas!

Que daño nos ha hecho… El puñetero Principe Azul. Por su culpa así nos ha ido y así nos va, porque todavía está por ahí… Rondando por nuestros pensamientos.

Diremos que no, que ya sabemos que eso del flechazo con la persona de la que vamos a quedar hechizados de por vida, es sólo un cuento. Diremos que tenemos claro que en la vida real te enamoras de alguien que tiene un millón de defectos y manías (como tú), con las que hay que aprender a convivir y con la que no todo son alegrías. Diremos lo normal es tener crisis, riñas, decepciones y rupturas, por mucho amor que haya…

Pero aún así, el subconsciente (que es un traicionero) hace que te pongas todo moñas imaginando ese encuentro, ese primer cruce de miradas… Y una vez se producen, lo edulcora todo para que lo veas de color de rosa y así pasar por alto todos los defectos, toda la toxicidad, todo lo que realmente no nos hace bien… Y crear en nuestra mente a ese Príncipe Azul (o Dulce Doncella).

Y así nos va… Tenemos relaciones que no nos hacen bien, con personas que no son para nosotros y que en lugar de vivir felices y comer perdices, nos hacen sobrevivir en la tristeza. Todo por intentar construir nuestro «Cuento perfecto».

¡A tomar por culo el Príncipe Azul! ¡Que yo tampoco soy una Dulce Doncella! Quizá para mí es mejor el Rudo Leñador o la Bruja Piruja, con verruga en la nariz y todo.

O puede que no necesite enamorarme para ser feliz; o mi forma de enamorarme sea otra; o lo que me hace bien a mí es otro tipo de querer y ser querido…

El caso: quieras a quien quieras que sea como quieras, que te haga bien y tú le hagas bien. El amor de cuento es eso… Un cuento. Pero el de la Vida Real… ¡Puede ser aún mejor! Porque será el que a tí te haga bien.

Basta de aguantar relaciones tóxicas por soñar con el Príncipe Azul. No dejes que te conviertan en Dulce Doncella cuando tú eres una Guerrera. Que no te salven de lo que para tí no es un peligro. No vivas en un Cuento de Fantasía pudiendo vivir una Gran Historia Real.