Estoy Moñas

Sí, Susana, sí, lo reconozco: estoy Moñas.

No tienes más que escuchar lo que digo, leer lo que escribo, ver lo que hago… Que todo te llevará a la misma conclusión: estoy Moñas.

¡¡Pero no sé por qué!!

Porque estar Moñas suele ser sinónimo de enamoramiento, ilusión por un nuevo romance o, que menos, ensoñación aunque sea totalmente infundada con alguien. Y tengo que decir… Que no es mi caso en este momento (o eso creo).

No estoy enamorada de nadie nuevo (sigo adorando a los de siempre: mis amigos, mi familia, mi perro… In love total); no he conocido a ningún tipo estupendo (ni tengo un nuevo affaire, ni rollete… Más vale malo conocido que nada de nada); y tampoco fantaseo con alguien en concreto, ni en general (directamente ni recuerdo lo que sueño).

Pero escucho baladas en lugar de mi amado punk, me salen sólo post cursis y no graciosos y nada de comentarios contra las parejas, el amor y los corazones, sólo me apetecen besos, cariños y abrazos.

¡Vamos! Que si estar moñas es un rollo (eso digo yo que soy la reina de hielo), estar moñas sin razón es un auténtico bodrio (o a mí que me expliquen dónde está la gracia). Yo la tía dura… La que no quiere comprometerse… La que sólo piensa en diversión al instante… ¡Que pena! En lo que me he convertido… ¡Soy mi amiga Mari!

Photo by Anna Shvets on Pexels.com

Será que hace días no quedo con ella y su espíritu me invade recordándomela… ¡Voy a llamarla ahora mismo! ¿Estará ella (por la misma regla de tres) más lógica y racional?

Espero que sea eso… Que necesito que mi amiga me sature con sus líos mentales y sus contradicciones sentimentales. Mi cabeza, a falta de eso, está intentando recrearlas. Y me pregunto… Mari: ¿Cómo puedes vivir así? Estoy moñas y… ¡¡Es una locura!!

A %d blogueros les gusta esto: