Pues ya es año nuevo…. Se terminaron las celebraciones navideñas… Y es momento de plantearse buenos propósitos.
Como parece que es una obligación, todos los años digo que no, que pasó de buenos propósitos, que ya los haré si eso en diciembre (así sólo es un mes de esfuerzo y quizá consiga cumplirlos).
Pero quieras que no… Pienso en ello y me digo: ¡Venga! Aunque sea uno fácil y cumplible. Así que le doy una vuelta:
- Mejorar el Inglés: seamos objetivos, si no lo he conseguido ni yendo a trabajar a un pueblo del centro de Inglaterra, ¿Lo voy a conseguir con Duolingo? Descartado.
- Adelgazar: lo que tiene que cambiar es el canon de belleza. En el siglo XVII hubiera sido top model. Descartado.
- Ir al Gym: ¿Pagar por hacer ejercicio? Eso no tiene lógica ninguna. Descartado.
- Comer mejor: y no fumar, y no beber, drogas ni nombrarlas… Si no me como un buen bocadillo de vez en cuando, ¿Cuál será el sentido de la Vida? Descartado.
Un año más que no encuentro un propósito al que agarrarme para superarme día a día y que me motive a mejorar. Porque… Para eso son los buenos propósitos, ¿No?

2022 volverá a ser un año perdido, baldío, yermo, vacío, en blanco… Simplemente estaré pendiente de mi famila; haré por salir y quedar con mis amigos; tendré que trabajar y seguir aprendiendo; me veréis gastando mi tiempo colaborando en todas esas cosas que nos alegren el día; y tengo que seguir con esta aventura e inventar dos pequeños textos por semana para… ¿Llegar a las 200 publicaciones?
Un año más sin buenos propósitos… Una pena… Seguiré buscando al menos uno (todavía quedan 12 meses para encontrarlo).