Decía mi abuelo: “Hola y Adiós y quedas como Dios”.
No cuesta mucho esfuerzo y es un signo de buena educación. No digo que haya que saludar a todos los que nos cruzamos en Gran Vía, pero a esos que vemos a diario, que sabemos quiénes son aunque no sepamos su nombre… Un “Hola”, un “Hasta luego”…
Porque piénsalo. Seguro que te da más confianza ese que saluda, que el que mira al suelo cuando os cruzáis en el portal o en el pasillo de la oficina. Si se diera el caso, te sentirías más cómodo con la persona que saluda que con la que no. No sé tú pero, yo prefiero que me vean como la chica loca y educada, que como la tía borde que no contesta, aunque le dediquen un sonoro y visual saludo.
Y yo, siguiendo los consejos de mi abuelo, no sólo saludo, también suelo sonreír. Aunque sepa de antemano que no me va a contestar, que esa que viene por ahí es la sosa y borde (por no decir gilipollas) que hace como que no existo. Pues yo… Dejando ver mi cogotonería congénita una vez más, saludo y con más énfasis todavía: “¡¡Buenos díaaaasss!!”
Quien sabe… Igual un día de estos… Una mañana fría cuando todavía está oscuro y yo voy paseando a mi perro medio dormida… Se alinean los astros y me sorprende con un movimiento de cabeza o un ligero levantamiento de mano. ¡¡Sería la bomba!! Ese día igual le tengo que dar un abrazo.
Y sí, claro, por supuesto que yo alguna vez no saludo porque voy pensado en los Laureles. Pues sí. Hay veces que me pasan cosas y no te veo, ni te siento. Pero ya sabemos quien no saluda por despiste y quién no saluda porque no le da la gana.
Yo te recomiendo que hagas caso a mi abuelo: “Hola” para todos y “Adiós” para esos especímenes bordes y sosos. Porque una persona que no se esfuerza ni en mover la cabeza al verme, cuando me conoce un mínimo (sabe dónde vivo, sabe dónde y a qué hora compro el pan, conoce mi rutina de paseo o mi horario de entrar a trabajar), yo le dedico ese “Adiós” y quedo tan ricamente a la vez que, sutilmente, estoy diciendo que no quiero gente así en mi vida: “Adiós” (ahí te quedas con tu bordería y pa’ chula yo).
