Que conste que para nada con estas palabras quiero decir que las personas en las que me baso seamos viejas. Pero sí estamos en un punto de nuestra vida que comenzamos con las segundas vueltas.
Mis amigas Rebeca y Virginia os lo pueden explicar perfectamente. Resulta que los hijos (de ellas) ya han llegado a esa edad maravillosa en la que son capaces de despegarse de sus madres y sus madres de ellos. Y lo más maravilloso para mí, que recupero tiempo con mis amigas (sin hijos, ni maridos, ni padres, ni suegros).
El caso es que (bien sea por la edad o por las circunstancias) estamos volviendo a retomar buenas costumbres perdidas que me llenan de emoción (y sé que a ellas también). Así pues, el sábado pasado sobre las 21h en la plaza del pueblo, los allí presentes pudieron contemplar el espectáculo ofrecido por tres mujeres maduras, riendo a carcajada limpia, bailando y cantando como si lo hicieran bien y… Disfrutando de, simplemente, ellas.
No nos hacía falta nada, bueno… El vino y la cerveza ayudaron a dar ambiente y calentar el cuerpo. Pero sólo nosotras tres: diciendo tonterías a cuál más grande, no viendo más allá de nuestros vasos, ignorando todo a nuestro alrededor y tranquilas, relajadas, ningún pensamiento preocupante, ningún runrún en nuestras cabezas. Sólo ese momento.

Que ganas tenía amigas, ganas de vosotras. Porque yo (he de reconocer) que no he dejado esto durante mucho tiempo. Pero por muy buenos amigos que tenga además de vosotras, no es lo mismo. No es lo mismo hacerlo con quienes lo hacíamos las primeras veces, con quienes te miras y sabes lo que están pensando, con quienes esas tonterías tienen tanta gracia, con quienes no necesitas a nadie ni nada más.
Y creo que esto no es algo puntual. Aunque los astros se alinearon el sábado para alguna cosa, sé que esto se va a volver a repetir. Vamos a volver a hacerlo costumbre. Volveremos a no necesitar quedar porque la cita está clara, sabemos hora y lugar. Como antes… Como hace… ¿20 años? O alguno más.
Quizá la próxima acabemos en esa Fiesta a la que finalmente no fuimos y…