Estas en un momento dulce de la Vida, en la que no hay grandes preocupaciones, todo marcha, estás bien, y sin avisar hay un acontecimiento que te recuerda que todo puede cambiar en un instante y para siempre.
Porque también hay dramas, dramones y tragedias. Todos hemos vivido alguno en nuestras carnes o muy de cerca, pero aprendemos a vivir con ellos, a superarlos, a ser Felices pese a ellos. Hay momentos en los que tan bien lo hemos aprendido, que llegamos a olvidarlos por completo, un día ya no nos afecta en nuestro día a día. Por fin lo superamos y tiraramos “pa´lante”.
Y eso es bueno, buenísimo. Ser capaz de asumir ciertas cosas; darles la vuelta para que en lugar de hundirnos nos de alas; poder transformar el dolor en fuerza y energía; llegar a ser Feliz pese a todo lo malo. Porque la Vida a veces es una putada, nos maltrata y nos lleva al abismo, pero también nos da segundas oportunidades y herramientas para salir de ahí.

Hasta que llega de nuevo el olor a tragedia. Esta vez no nos golpea de lleno, no es a nosotros a los que nos da la bofetada, pero lo vemos de cerca, la sentimos. Presenciamos el drama y nos recuerda que mañana nos puede tocar. Es cuando nuestros pensamientos se vuelven negativos, nuestras alas dejan de empujarnos y volvemos a la superficie, al vuelo raso. Nos calibra.
Porque debemos buscar el punto medio. Debemos esforzarnos y trabajar por salir del hoyo, por no dejarnos arrastrar por los dramas y las tragedias, pero tampoco debemos volar hasta el infinito, salirnos de la esfera de la realidad y vivir en otro Mundo donde no existe más que la alegría. Eso no es real.
Y es complicado. Es difícil ser Feliz sabiendo que los dramas y las tragedias son reales. Cuesta asumir que nos perseguirán siempre. Complicado interiorizar que por muchos baches que superemos pueden llegar otros nuevos; que nadie está libre de que otro hoyo bien profundo se abra en sus pies en cualquier momento. Es frustrante, desolador por momentos, pero… Así es la Vida: dulce y amarga, una lucha constante por ser Feliz durante el Vuelo Raso.