Primer Amor

Fuimos tú y yo. Fuimos nosotros. Para los dos la primera vez que sentíamos esa conexión, esos sentimientos, esa atracción que nos obsesionaba. Y fue bonito, precioso, algo único.

Tan único que desde entonces lo he buscado en otros mundos, en otras personas. Tan precioso que nunca encontré, ni encontraré, con qué compararlo. Tan bonito que lo recuerdo muy cercano.

Tú fuiste mi Primer Amor mientras yo era el tuyo. Sentimientos y sensaciones que nunca volverán porque nunca más serán los primeros. Imposible revivirlo.

Hoy te veo, me haces recordar y me deja un sabor agridulce entre lo bonito que fue vivir aquello y la tristeza de que nunca volverá. Es imposible porque nunca volveré a encontrarme con alguien como eras tú entonces. Y si lo consiguiera, es seguro que yo nunca seré aquella yo del pasado.

Porque Primer Amor significa también ingenuidad, inexperiencia, virginidad en tantos aspectos de la vida que hace que cada día sea una aventura, cada momento una experiencia única y que compartí con alguien que también estabas en aquella tesitura de juventud e ignorancia. Fue así de bonito porque los dos éramos preciosos viviendo juntos algo que nos resultaba absolutamente maravilloso, y lo fue.

Photo by Asad Photo Maldives on Pexels.com

Todo nuestro universo giraban en torno a aquello, no había nada más. Era tan intenso que no cabían otros pensamientos. Nos vimos atrapados en ese pequeño mundo que nos hizo inmensamente Felices con el simple hecho de contemplarnos. Ahora hay tanto ruido, tanto en lo que pensar… Nada será tan exclusivo, tan único, tan esencial.

Y miro esas fotos, repaso esos recuerdos y sonrío, porque son míos y tuyos, nuestros, y siempre estarán ahí. Y es que… Por mucho tiempo que pase, por muchos nuevos Amores que tengamos, siempre seremos nuestro Primer Amor y eso no se sustituye, no se olvida. Por eso siempre nos miraremos especial y, pese a tener vidas separadas, aquello nos unió para siempre y nunca tendremos forma de deshacerlo. Siempre sentiremos el anhelo de aquel universo que fue sólo nuestro.

Que suerte la mía que fueras tú: finito pero real y, para siempre, nuestro Primer Amor.

A %d blogueros les gusta esto: