Vistas al mar

«Hola, ¿Cómo estás?»; «Pues muy bien, la verdad es que no puedo quejarme». Tengo buena salud, un trabajo que me gusta, grandes amigos, una familia que es lo más, aficiones varias con las que ocupo el tiempo muy entretenida… Aunque, ¿Sabes? No tengo una ventana con vistas al Mar.

Porque sí:

  • Tengo buena Salud, pero ya no es lo mismo que con 20 años, y se nota.
  • Mi trabajo está muy bien, pero no deja de ser una obligación, no me dedico a algo que seguiría haciendo sino me pagaran.
  • Amigos, muchos y buenos, buenísimos, la verdad es que aquí no hay «peros». Lo único que no sé si te has dado cuenta que no he nombrado antes la palabra Amor.
  • Mi Familiar es muy Top también. Pero como nos pasa a muchos, echo en falta a esas personas clave que ya no están.
  • Aficiones tengo y tendré. Porque no me aburro de hacer cosas, conocidas y nuevas, y quizá haya algo todavía por descubrir.

Como veis si me quejo es de vicio, por eso no suelo hacerlo, pero… Todavía aspiro a más, a tener esas vistas al Mar que lo harían perfecto. En mis condiciones por supuesto que puedo ser Feliz, de hecho lo soy, pero… ¿Por qué no buscar la perfección? ¿Aspirar a eso que algunos pocos consiguen?

Photo by Jill Wellington on Pexels.com

Así qué seguiré buscando el entorno perfecto, las condiciones ideales, esas vistas al Mar que pongan la puntilla y elimine todos los «peros» posibles.

Mientras tanto, viviré con mi Felicidad imperfecta porque el camino es muy largo y puede ser eterno si sólo miramos los defectos de nuestra situación.

Tengo claro que quieren decir mis «vistas al Mar», que pretendo conseguir y que es lo que busco. Eso ya es suficiente motivo para que cuando me pregunten «¿Cómo estás?» Responda sin vacilar: «Bien, muy bien, encontrando mi ventana con vistas al Mar».

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