Pa’ que te metes

Manolete, Manolete, si no sabes torear pa’ que te metes. Yo no he salido tan mal parada como el pobre Manolete, aquí sigo, pero… ¿Quién me habrá mandado a mi?

Y eso es lo peor, que nadie me ha mandado. He ido yo solita, por decisión propia y… ¡Ale! Al lío. Y menudo lío…

Ahí estaba yo, con cara de seguridad, como si hubiese crecido en medio de todo ese follón, haciéndome la valiente y, claro… La lié, la lié parda.

Que sí, que hay que ser valiente, salir de la zona de confort, aprender cosas nuevas… Bla, bla, bla… Hoy no estoy para este discurso. Hoy el rollo es otro.

Porque las cosas como son, cuando el atrevimiento quiere decir ponerte delante de un Miura… Acuérdate de Manolete, que aún sabiendo torear mira lo que le pasó.

Para lo importante hay que recapacitar, pensarlo, reflexionar, analizar… Eso me digo yo a mi misma cada dos por tres, después de haberme puesto delante del Miura como Manolete y haber recibido una buena cornada.

Photo by iSAW Company on Pexels.com

Porque aquí donde me leéis, algún fallo que otro tengo, y el que me mete en más líos es la impulsividad. Y ahí voy, de plaza en plaza haciendo como que toreo cuando no tengo ni puñetera idea.

Manolete, Manolete, si no sabes torear pa’ que te metes. Debo convertirlo en mi nuevo mantra, a ver si así se me queda grabado y se rebaja mi valentía y seguridad en mí misma, que un puntito vale, pero en exceso puede acabar en cornada mortal en cualquier momento.

Espero no pasar a la historia por una cagada como la de Manolete, así que ahí me quedo con mi nuevo mantra e intentando controlar mis impulsos: Berta Bo… ¡¡¡Pa’ que te metes!!!

A %d blogueros les gusta esto: