Green flag

Que hay mejor que que esa persona (forme ya parte de tu vida o todavía no) te envié señales de las buenas, detalles chulos, Green Flags.

Porque así como hay líneas que no debemos permitir se sobrepasen, actos que suponen tarjeta roja y expulsión, es necesario que la relación este llena de Green Flags, cuantas más y más grandes mejor.

Por ejemplo, que hoy te pregunten por eso que ayer te preocupaba. Porque primero y principal ser amigos. Y los buenos amigos se preocupan, se acuerdan, realmente les interesa eso que a tí también. ¡Green Flag!

Que se alegren como tú, o más, por eso que estás deseando que pase. Cuando vas a ir de fiesta con tus amigos, al concierto del grupo ese raro que a ti te encanta o simplemente vas a pasar el día entre el sofá y la piscina tan tranquilamente. Por favor dime algo así como… ¡Disfrútalo a tope! O… ¡Pásalo genial y después me cuentas! ¡Green Flag!

Y que me decís de cuando es al revés y sacan un momento para acordarse de ti, aunque sea por una tontería. Y te manda la foto de la juerga con sus amigos, o un audio con tu canción favorita… ¡Super Green Flag!

Porque son los detalles lo que hacen que esto crezca, que los amigos sigan siendo amigos, que las personas se conozcan y lleguen, o no, a ser algo importante el uno para el otro.

Por eso intento llenar mi vida de Banderas Verdes. Quiero tanto recibirlas como enviarlas. Me gustan, me encantan… ¡Las necesito!

Conmigo déjate de juegos de orgullo tales como «ayer escribí yo, hoy que lo haga ella». Si te apetece hazlo. Si quieres dime. Mándame Green Flags hasta que te pare los pies (dudo que eso pase). Trátame bien, cuídame, pinta mis momentos de verde. Yo haré lo propio.

Y da igual el tipo de relación que tengamos, vale para todas las buenas, las que duran, las que nos hacen quiénes somos… Están siempre llenas de Green Flags que ondean en todas las direcciones.

Y tú, que todavía no eres nada, sigue, no pares de mandarme Banderas Verdes, yo ya ves que así lo hago (o eso creo).