Fácil

En cuestión de relaciones sociales entre nosotros, los seres humanos, encontramos las que son difíciles hasta las que resultan ser complejísimas. Pero, de repente, descubres la excepción que confirma la regla.

Ahí estás tú que lo haces todo fácil. No hay preguntas incisivas, ni tampoco silencios incómodos, solo una conversación fluida en la que sin ninguna intención nos vamos descubriendo.

Muy fácil. Supongo que porque estamos en la misma frecuencia, avanzamos al mismo tiempo, aunque no tenemos claro hacia dónde ni buscamos nada concreto más que ir un poco más allá.

Tan fácil que me encanta. Sin presión, sin prisa, sin imposiciones, sin exigencias… Y así fluye y discurre de esta manera que poco a poco nos atrapa, pero fácil, muy fácil.

Es tan fácil que me desconcierta. No descubro ningún «pero». No es posible que no haya sentido ni un solo segundo de incomodidad. No entiendo por qué, pero es muy fácil.

Es tan fácil que quiero más. Tengo curiosidad por descubrir hasta donde llega, si en algún momento se vuelve complicado o si toda esta sencillez puede ser así de fácil siempre.

Fácil, con calma, fluyendo…

Me resulta tan fácil que llega a asustar. Algo se me debe de estar escapando, detalles que paso por alto, ¿O no? Quizá si pueda ser así de fácil.

Pues si, es fácil. Lo queremos fácil y lo hacemos fácil. No lo pienso, no le doy vueltas. Muchas otras cosas son difíciles y tenemos que lidiar con ellas. Obligaciones, compromisos… Pero esto no es nada de eso. Esto es fácil.

Es tan fácil que me apetece. Es fácil y es agradable, divertido, intrigante, casi adictivo. Es tan difícil encontrar algo fácil que no lo quiero soltar, pero sin que se convierta en una necesidad. Solo que siga fluyendo, fácil.

Mientras siga siendo así de fácil, mientras no sea un esfuerzo, seguiré hasta ver dónde llega, que conseguimos, durante cuanto tiempo. Mientras sea así, fácil. Mientras tú lo sigas poniendo así, muy fácil.

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