La vida pasa slowly

Un día detrás de otro… Pasan siete y otra semana… Cuatro semanas un mes… Día a día hasta que… ¡Llega hoy!

Y te paras a pensarlo, a mirar hacia atrás, y te das cuenta de que lo que parecía que pasaba lento se fue en un suspiro. Que todos los planes que tenías para hacer hasta hoy se han quedado en eso, en planes. Incluso están esas cosas para las que ya es tarde.

Porque cuando nos envuelve la rutina, día tras otro, parece que la vida pasa slowly, que siempre habrá tiempo para eso y lo otro, procrastinar es un habitual porque mañana será otro día.

Pero ya es hoy y… ¿Qué hemos hecho? Y lo que es más importante, ¿Qué no hemos hecho?

La última vez que pensé en todo esto decidí no volver a dejar esas cosas para mañana. Porque es ahora cuando tengo la oportunidad, porque es en este momento cuando podemos hacerlo, porque es justo en este instante cuando me apetece.

Mi lista de deseos.

Para mañana ya se queda esa parte del trabajo, esa tarea de casa, ese quehacer tan aburrido. Pero eso no, lo importante no se deja, para lo de verdad no hay excusas.

Así que salgo, voy, vengo, quedo, bailo, vuelvo, canto, como, hablo, vuelo, escucho, salto, bebo, rio, lloro, abrazo, beso…

Esperar, ¿A qué? Posponer, ¿Por qué? Es lo que quiero hacer, lo puedo hacer y… La vida pasa, y no despacio precisamente.

Que si, que mañana será otro día. Por supuesto que tengo planes, para mañana, para el mes que viene, incluso para dentro de 10 años, pero… Eso son solo deseos que puede que se cumplan o no… En cambio ahora sí, ahora es real, ahora puedo, ahora quiero, ahora lo hago, ahora vivo.

A %d blogueros les gusta esto: