Y ahora, ¿Qué?

Lo tenía todo claro, resuelto, seguro y… De repente… Todo cambia, se pone del revés, ya no tengo respuestas porque ahora las preguntas son otras.

Porque hasta ahora yo, segura de mi misma y lista como pocas, lo tenía todo muy claro. Porque todo era perfecto, estaba todo controlado, tenía una estabilidad emocional como hacía mucho tiempo hasta que…

Tú. Llegas tú y todo se pone del revés. Lo que creía querer ya no me apetece nada y todo eso que creía enterrado para siempre lo veo en esos sueños que tengo despierta.

¿Es posible? ¡Era todo genial! Y en un momento se a convertido en insuficiente.

Y es que junto a ti he descubierto mucho más que a una persona: son momentos, son experiencias, es tiempo… Tiempo que quiero exprimir al máximo, disfrutar, seguir descubriendo más, y todo contigo.

¡Aayyy! Con lo tranquila que yo estaba con mis cosas, mis hobbies, mis amigos… Y ahora, ¿Qué? No tengo tiempo para nada, voy corriendo de aquí para allá, se me amontonan las citas y las quedadas.

Que complicado es todo.

Has llegado para revolucionarlo todo y sobre todo a mi. Lo mismo estoy tranquila que nerviosa, eufórica que melancólica, a tope que hecha polvo… Porque encajar todo lo nuevo entre lo que ya tenía no está siendo fácil, aunque es divertido.

Ahora ya no sé qué es lo que quiero ni cuando, pero si sé con quien (por lo menos de momento). Así que saco tiempo como puedo, vivo en este sube-baja de emociones y me planteo cosas que ni se me pasaban por la cabeza hace unas semanas.

Cada día me hago las mismas preguntas: y ahora, ¿Qué? ¿Qué será lo próximo que me desconcierte? ¿Qué emoción me asaltará hoy? ¿Qué nueva experiencia querré vivir?

No me queda otra que verlas venir. Aunque tengo que reconocerlo: todo esto no lo controlo, ni lo puedo controlar. ¿Me fastidia? Bastante, porque todavía no tengo respuesta a la pregunta: y ahora, ¿Qué?

A %d blogueros les gusta esto: