¡Rubia!

-«¡Rubia!»- Me dice un compañero de trabajo cuando me lo he cruzado esta mañana en el pasillo. Y yo, con mi sonrisa habitual, he contestado: «¡Buenos días! ¡Calvo!». No sé por qué, pero se ha pillado un rebote…

Que si soy una mal educada, que que poco respeto, que no hace falta insultar a nadie… Menudo chorreo me ha caído a primera hora de la mañana y yo sin saber por qué.

Luego lo he comentado con otros compañeros que me han dado luz en todo este asunto. Montón de cosas que me han enseñado (ignorante de mí).

Resulta, que si un chico, señor… persona de género masculino en general (aunque lo hayas visto en persona sólo un puñado de veces y la relación que te une a él sea única y exclusivamente profesional) puede referirse a tí (persona de género femenino) con adjetivos calificativos, de forma directa y sin más contexto.

Aquí entraría, por ejemplo, rubia, guapa, bonita, ojazos, rizos… Y es más, este tipo de referencias a nuestras características físicas, parece ser que, debemos aceptarlas de buen grado, ya que son una muestra de cariño, afecto, ternura y halago.

Hasta aquí está fácil. Mi compañero me dice «rubia» y yo, cómo debe ser, sonrío mientras le miró de forma tierna devolviéndole todo el cariño, afecto y respeto que me demuestra.

Pero es ahora cuando llega la parte complicada. Porque resulta que si el adjetivo calificativo es lanzado por una persona de género femenino hacia otra del género masculino… Como puede ser por ejemplo: calvo, moreno, guapo, bajo, lindo, cachas… Pues en este caso, no se trata de algo cariñoso y de afecto (por mucha sonrisa y mirada tierna que le acompañe).

En este caso (tonta de mí) se trata de una referencia totalmente inecesarias a un rasgo físico. Manifiesta falta de respeto, menosprecio hacia esa persona que se sentirá humillado y vilipendiado. Y por mi parte, me he mostrado como una persona arrogante y soberbia por esta falta de tacto, superficialidad y frivolidad.

Yo que no sabía esto, me ha parecido buena idea compartirlo con vosotros por si alguien más vive también en la ignorancia. Chicas, ya basta de generar situaciones incómodas y fuera de contexto.