Pueblerinos (parte II)

Con el post anterior me quedé con muchas ganas de seguir hablando de las virtudes y grandezas de la gente de Pueblo. Como Pueblerina no puedo más que estar orgullosa de serlo, así que… Aquí alguna nota más sobre el Pueblo y sus gentes.

• Nuestro idioma es… Diferente. Con un «¡Euh!», «¡Yepa!», «¡Ey!»… (Varía según la zona geográfica) y una estudiada mirada (lenguaje no verbal muy desarrollado en las zonas rurales) nos hemos saludado, preguntado qué tal, contestado y hecho algún comentario («Que bien vives, en el bar todo el día», «Aquello ya solucionado», «Ya he salido de currar, ahora a vivir»). Sociólogos del mundo: esta capacidad de comunicación compleja debe ser estudiada. Repito, solo una mirada y una interjección.
• Las relaciones familiares son de lo más estrechas (e intensas). Porque es imposible ocultar información a la familia de Pueblo y esto une. Por eso nuestros hermanos han controlado todos nuestros ligues, nuestras madres nos han sujetado la frente después del día de romería y nuestros abuelos han hecho de cómplices en nuestras fechorías.

• El concepto de amistad toma otra dimensión. Nuestros amigos son…. TODOS. Si ha nacido en el pueblo, tiene familia en el pueblo o lleva viviendo en el pueblo más de un mes… Es nuestro amigo. Puedes pedirle sal, que te lleve en coche a trabajar cuando el tuyo está en el taller, contarle tus rollos más personales y pedirle un riñón si necesitas un trasplante.
• Cada uno podríamos grabar una temporada completa de «Pueblerinos por el Mundo«. Porque quién más quien menos se ha encontrado al vecino en las vacaciones de verano, en el fin de semana en Madrid y hasta en la Luna de Miel en Nueva York o las Maldivas. Así somos… Pocos pero cundimos mucho.

Podría seguir pero se me acaba el espacio.

Sólo concluir con que ser Pueblerino es un lujo, porque cuentas con una familia enorme, tienes más amigos que nadie y siempre tendrás a un paisano cerca que te pueda echar un cable (o una mirada que lo dice todo cuando te pilla en topless en la playa).

¡Qué bonito mi Pueblo! ¡Qué bonitos mis Pueblerinos!